Cuando un empresario decide invertir en un sistema de Impresión 3D profesional para llevar a cabo tareas de prototipado en sus oficinas de I+D+i, además del coste de adquisición y la infraestructura necesaria existen algunas consideraciones especiales a tener en cuenta, que voy a exponer en este post a partir de mi propia experiencia como asesor.
En primer lugar, quisiera recordar una idea que parece obvia, aunque resulta sorprendente comprobar la frecuencia con que es ignorada u olvidada por los gestores de conocidas empresas de los sectores industriales más avanzados:
NADIE DA DUROS A CUATRO PESETAS
Si desarrollar o fabricar una Impresora 3D requiere una inversión por adelantado, ¿por qué sus desarrolladores o fabricantes nos la van a vender sin obtener un lucro económico, o al menos sin perder dinero?
Desde antiguo se ha dicho que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces en la misma piedra, siendo justamente esto lo que les ha sucedido a muchos empresarios que han aprendido esta lección de la manera que menos hubieran deseado, tras resultar atraídos por espejismos colgados en YouTube, donde se mostraban piezas de aspecto profesional, obtenidas en máquinas de bajo coste.
En casi todos los casos encontrados, el bajo coste de la máquina y los bajos costes de los consumibles resultaban demasiado atractivos como para dejarlos pasar de largo por el Departamento de Compras, pero una vez comprada la máquina, los usuarios se encontraban con la dura realidad de tener que enfrentarse a constantes problemas y lidiar con impresiones erróneas, recibiendo poco o ningún apoyo por parte de los proveedores.
En segundo lugar, quisiera abordar un par de cuestiones a plantearse antes de realizar la inversión:
¿QUE TAMAÑO MEDIO DE PIEZA QUIERO OBTENER CON MI MAQUINA?
¿EN QUE MATERIAL DESEO OBTENER MIS PIEZAS?
Obviamente, el presupuesto también entra en juego, pero creo que el tamaño y el material son más importantes que el presupuesto: a menudo encuentro empresarios que hicieron una inversión ajustada a su presupuesto, en una máquina profesional que encontraron a buen precio en una feria, y que adquirieron a ojos cerrados para aprovechar esa oportunidad. Sin embargo, al cabo de varios meses encontraron que la rentabilidad de la inversión era inferior a lo que esperaban, porque el tamaño medio de las piezas que tenían en mente fabricar exigían una máquina de mayor volumen de impresión.
En lo referente al material, esa es otra cuestión clave que en muchas adquisiciones de maquinaria no se tiene en cuenta como se debe: Al adquirir la Impresora 3D, el presupuesto puede en ciertos casos llegar a cegar al empresario hasta hacerle olvidar que el prototipo impreso debería parecerse tanto como sea posible al producto final. Esto que parece tan obvio, se pasa por alto en muchas decisiones de compra. Por eso insisto: antes de comprar una máquina, recuerden que, en la medida en que el prototipo se parezca al producto final, ahorraran tiempos y costes en tareas de postprocesado, y podrán comunicar mucho mejor sus ideas al cliente final.
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