lunes, 12 de marzo de 2018

La Impresión 3D, clave para la NASA



Cuando la NASA lanzó en 2003 el programa HUNCH (High Schools United with NASA to Create Hardware), el objetivo principal era detectar y reclutar para la Agencia a ciertos estudiantes que mostrasen un talento especial en procesos de mecanizado, soldadura u otras habilidades técnicas, al objeto de crear modelos a tamaño real de algunos dispositivos utilizados en la estación espacial internacional, con el fin de entrenar al personal de soporte en tierra.


Comenzó como un programa relativamente pequeño, con tres escuelas en dos estados, y ha venido creciendo hasta abarcar 117 aulas en 26 estados, y unirse a la SME Education Foundation al objeto de crear una red que ayude a los estudiantes a obtener sus títulos de ingeniería y tecnología. Actualmente, desarrolla proyectos que han sido solicitados personalmente por la tripulación que vive en la ISS (International Space Station) para ayudar a aliviar las condiciones de vida a bordo de la estación.


En 2015, el Sr. Matthew Brown, instructor de STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematicsy asesor del programa HUNCH en Lakewood High School (Lakewood, Colorado) planteó a los estudiantes el siguiente reto: Diseñar un manillar a medida para el CEVIS (Cycle Ergometer with Vibration Isolation and Stabilization). El problema residía en que cuando la tripulación utilizaba la bicicleta, echaban en falta un manillar que les permitiera mantenerse orientados y estabilizar el equipo.


Si bien como solución provisional habían estado utilizando brazos Bogan sujetos con abrazaderas, el uso intensivo desgastaba las bolas de fricción y el brazo acababa perdiendo su rigidez. La tripulación demandaba un manillar que fuera sencillo de acoplar, muy resistente pero al mismo tiempo ligero, ergonómico, ajustable a la medida de cada usuario, y fácil de limpiar. Sin duda alguna, un reto de altura. Fue entonces cuando el equipo del Sr. Brown puso sus ideas en funcionamiento.


Los estudiantes presentaron a la NASA un prototipo funcional impreso en 3D, y se les pidió que realizaran ciertas modificaciones que, a juicio de los astronautas, darían al diseño la flexibilidad y la fuerza necesarias para que el mango funcionase exactamente de la manera que lo necesitaban. Tras iterar en el diseño del prototipo durante aproximadamente dos años, el equipo decidió que quizás Ultem, que es un material certificado para ser utilizado en el interior de la ISS, podría ser una adecuada solución para responder a los estrictos criterios establecidos por la agencia.




A tal efecto, el equipo requirió los servicios de Stratasys para imprimir el brazo en una máquina Fortus. ¿Resultado? Una pieza de uso final que ofrece más de 250 posibilidades de ajuste. El proyecto está ya en el proceso final de aprobación por la NASA, y en caso de ser aprobado podría ser utilizado por los astronautas en la ISS durante las próximas décadas.

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