La impresión 3D permite obtener casi cualquier objeto imaginable. Si bien inicialmente se trataba de una tecnología reservada a los arquitectos y a los diseñadores de piezas industriales, hoy día su uso ha ido extendiéndose hacia otros campos de la industria.
Esta novedosa tecnología de impresión no sólo permite convertir en poco tiempo un diseño en una realidad tangible, sino que permite a ciertas empresas fabricar determinados objetos bajo demanda, con todas las ventajas que esta posibilidad conlleva.
A medida que el mundo en que nos movemos va captando los beneficios de la impresión 3D, empezamos a ver algunas maravillas realizadas mediante esta tecnología, de las que hoy quiero destacar la réplica de la momia de Tutankamón.
Para permitir a las actuales y futuras generaciones estudiar los restos de Tutankamon, se ha realizado una réplica exacta mediante el uso de un dispositivo de entrada (un scanner 3D) asociado a un dispositivo de salida (una impresora 3D).
El objeto final es tan realista, que muchos visitantes se muestran escépticos cuando se les aclara que lo que ven es una copia impresa en 3 dimensiones. El éxito de petición de visitas permite suponer que este es sólo el principio de una larga cadena de impresiones 3D correspondientes a objetos de incalculable valor histórico.
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