Nos guste o no, y a diferencia con los países de la Eurozona (¡no digamos con los países anglosajones!) en España se continúa subestimando la FP al considerarla más bien como una alternativa para estudiantes fracasados.
Quienes tienden a etiquetar a los estudiantes de FP como fracasados, olvidan o ignoran que, a día de hoy, es muy complicado que en su querida España se produzca un verdadero desarrollo industrial si no tenemos profesionales técnicos bien preparados para competir con otras naciones más avanzadas en el desarrollo tecnológico.
Para hacer frente en España a los retos que impone la Industria 4.0, creo imprescindible diseñar una oferta formativa que se anticipe a los cambios en las demandas del mercado, al objeto de garantizar que la oferta formativa mire más al futuro que al pasado.
El éxito en la competitividad tecnológica de un país requiere siempre contar con un talento técnico muy bien preparado. Pensemos en Alemania: ¿Por qué sigue siendo una potencia tecnológica? ¿No tendrá algo que ver el hecho de que Alemania haya desarrollado un mejor sistema de Formación Profesional que el existente en otros países con los que compite?
Ahora pensemos en España: a pesar de la mejora en las estadísticas laborales, resulta evidente que sigue sin haber una suficiente oferta de empleo; pero al mismo tiempo los futuros trabajadores están preparándose para llevar a cabo actividades que serán poco a poco realizadas en muchos casos por un robot. ¿No estaremos tratando de subir por una escalera automática de bajada?
En definitiva: La tendencia que marca la Industria 4.0 obliga a ajustar la FP en España a la realidad de los tiempos. Esto puede escribirse más grande, pero no más claro.
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