Volviendo al tema de los procesos de termoformado, existe una aplicación que quizá pueda ser interesante para las pequeñas industrias alimentarias: La fabricación de bombones personalizados.
Para la fabricación de bombones necesitamos contar siempre con un molde en cuyo interior verteremos el chocolate fundido, con el fin de que adopte la forma que deseamos obtener. Ese molde puede ser fabricado en metal, pero es una opción extraordinariamente cara, apta únicamente para fabricar series grandes.
Otra opción es fabricar los moldes en silicona. Es una opción económica, pero lleva tiempo y requiere una intervención manual que encarece el producto final.
Por último, existe otra opción que no es muy cara, y que requiere menos tiempo que optar por la silicona: fabricar los modelos mediante impresión 3D.
Es una opción muy interesante cuando nos vemos obligados a crear series muy limitadas de formas geométricas únicas. ¿Aplicaciones? Tantas como se nos ocurra: Hemos hablado de moldear chocolate, pero nada impide moldear con otros materiales como los empleados para las gominolas, y tantos otros que existen en la industria alimentaria. Y quien dice la industria alimentaria, puede tambien pensar en la industria cosmética (jabones, velas, etc.) ¿Y en cuanto a los clientes potenciales? Esta es otra cuestión, ya que se trata de crear objetos únicos, y el cliente debería estar dispuesto a pagar el precio que merecen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario