FABRICACION DE UTILLAJE MEDIANTE FDM
TRES CASOS DE EXITO
Existe una aplicacion desconocida por la mayoría de
clientes potenciales de sistemas de manufactura digital aditiva, que puede ofrecer
unos rendimientos financieros extraordinarios.
Los ahorros pueden llegar a ser tan importantes,
que posibilitarían por sí mismos la amortización de un sistema de manufactura
aditiva en un plazo inferior a los típicos 3, 4 ó incluso 5 años que suelen
contemplarse por las entidades financieras a la hora de financiar la
adquisición de bienes de equipo.
Ahora bien, esa ventaja financiera resultaría
diminuta en comparación con los beneficios derivados de la reducción de costes
laborales y plazos de entrega que se pueden obtener: Como ya sugería el título,
veremos a continuación hasta qué punto es posible fabricar utillajes (calibres, fijaciones, galgas, etc.)
en poco tiempo, haciendo uso de una tecnología autónoma y limpia, que libera al
usuario de los típicos engorros asociados al mecanizado tradicional.
Reemplazando el utillaje fabricado mediante métodos
convencionales, por utillaje fabricado mediante manufactura aditiva, es posible
reducir los gastos de fabricación entre un 50% y un 90% a la par que reducir
los costes de mano de obra y reducir los plazos de entrega. Y no sólo eso: Aun cuando los
utillajes fabricados mediante el método tradicional pudieran reportar los
mismos resultados financieros que los utillajes fabricados mediante manufactura
aditiva, ésta ultima ofrece una implementación más fácil y rápida pues no
requiere la intervención de programadores CAM ni maquinistas.
Vamos a ver a continuación tres casos de éxito
correspondientes a sendos propietarios de máquinas Fortus de Stratasys, los
cuales obtuvieron una horquilla de ganancias anuales entre 60.000 y 230.000
dólares, tan solo fabricando sus propios utillajes.
DIGI INTERNATIONAL INC.
Digi International diseña y fabrica dispositivos de enlace para sistemas de
telecomunicación inalámbrica basados en los estándares Wi-Fi, ZigBee y 3G.
Como tantas otras
empresas, Digi adquirió un sistema
de manufactura aditiva pensando en utilizarlo para ciertas aplicaciones
concretas, pero poco a poco fue descubriendo nuevas aplicaciones insospechadas.
Según Matthew Larsen, responsable de
ingeniería mecánica, el departamento de compras dio el visto bueno a la
adquisición de la Fortus cuando Matthew les presentó un plan de
amortización basado únicamente en los ahorros derivados de un uso para I+D+i,
con énfasis en los costes de prototipado. “Nosotros no pensábamos en usar la máquina para fabricación
directa cuando redactamos el plan de justificación de compra de la Fortus”,
afirma Larsen. Ahora bien, durante
el primer año de uso fueron poco a poco encontrando aplicaciones fuera del
departamento de I+D+i, tales como la fabricación de fijaciones con máscaras
integradas, listas para su uso en los procesos de “conformal coating” o barnizado protector selectivo. Esta aplicación
resultaría un verdadero descubrimiento para Matthew, pues la mayoría de los dispositivos fabricados por Digi requieren un barnizado selectivo,
a fin de proteger ciertos componentes clave.
Para llevar
a cabo la mencionada tarea, se encargaba la fabricación de unas plantillas de
aluminio a medida, sobre las que los operarios de Digi solían aplicar cinta adhesiva al objeto de proteger aquellos
componentes que no requerían ser barnizados, lo cual encarecía el coste global de
mano de obra en 135.000 dólares de promedio. Frente a ese problema, decidieron
emplear a fondo la Fortus y, tras un
año de producción y uso de las nuevas fijaciones, hicieron cuentas y llegaron a
la conclusión de que habían conseguido reducir los costes de mano de obra, por
cada serie, en 123.750 dólares de promedio, lo cual resultó aún más impactante
cuando cayeron en la cuenta de que esa sola aplicacion les había reportado un
ahorro anual superior a los ahorros obtenidos por la suma de todas las
aplicaciones de la Fortus, a tareas
de I+D+i.
Larsen reconocía que este
beneficio financiero habría sido posible utilizando una fijación similar, fabricada
mediante mecanizado tradicional, pero tambien reconocía que esa alternativa
resultaba inviable: En la producción de series cortas, el ahorro en costes
laborales obtenido habría sido contrarrestado por el tiempo y esfuerzo
requeridos para obtener las máscaras encargándolas a un proveedor, y dada la omnipresente
lista de proyectos de alta prioridad, se hacía imprescindible evitar cualquier
proceso que entrañase un posible retraso por causas aleatorias. En palabras de Matthew, “Estuvimos analizando nuestros procesos de
enmascarado y concluimos que podríamos intentarlo con la manufactura aditiva.
El riesgo era admisible ya que el coste era ridículo, el proceso era sencillo,
y diseñar la pieza requería muy poco tiempo. En suma, no teníamos nada que perder,
y sí mucho que ganar: Cuando nuestro departamento de costes echó cuentas, quedó
admirado de los ahorros obtenidos con la máquina.”
ORECK MANUFACTURING COMPANY
Oreck, fabricante norteamericano de aspiradoras y
equipos de limpieza para el hogar y la industria, pensó desde el primer momento
en la manufactura aditiva como alternativa para la fabricación de sus propios
utillajes y fijaciones. La adquisición de la máquina fué un verdadero acierto
desde el primer momento, pues obtuvo en poco tiempo unos ahorros de 65.000
dólares fabricando con la Fortus los
pallets para la línea de montaje. Ahora bien, esa ventaja financiera palidecería
en comparación con las ventajas que le ha reportado al departamento de calidad,
y que vamos a ver a continuación.
Durante los últimos
años, Oreck ha utilizado la
manufactura digital aditiva para fabricar cientos de fijaciones de inspección
con destino a sus máquinas de medición coordinada (CMMs - Coordinate Measuring
Machines) obteniendo un ahorro medio de 200 dólares y 6,6 días respecto a fabricarlas
mediante el método tradicional. Ahora bien, la ganancia financiera más
significativa ha sido un incremento conservativo del beneficio bruto de 100.000
a 500.000 dólares, que podría resultar de una reducción de 29 días en el tiempo
de salida al mercado.
Antes de trabajar con manufactura aditiva, Oreck tardaba 30 días en completar las inspecciones de un primer
artículo nuevo, compuesto de entre 20 y 30 piezas. Tras recibir las primeras muestras, el departamento de calidad empezaba
a fabricar las fijaciones, y a programar la CMM. En torno al trigésimo día, solía completar el
proceso de inspección y el producto pasaba a la fase de fabricación final.
Ahora en cambio y gracias a la
manufactura aditiva, la fabricación de fijaciones y la programación del CMM han
quedado fuera del procedimiento ya que el equipo del departamento de calidad
consigue completar esas tareas mucho antes de que el primer artículo llegue al
departamento de inspección.
En palabras de Craig Ulmer, técnico senior del laboratorio de control de calidad, “Yo puedo ahora
inspeccionar con facilidad todas las primeras unidades de un nuevo producto en
un solo día, cuando antes lo hacía en un mes. Esto significa que puedo
autorizar la fabricación masiva con un mes de anticipación.”
¿Cuál es la ganancia financiera de 29 días?
Vamos a hacer números partiendo de un producto genérico que se vende a 250
dólares. En esos casos, el margen de beneficio bruto se sitúa normalmente en
torno al 50%, por lo que cada unidad vendida reporta un beneficio bruto de 125
dólares. Con unas ventas anuales de 10.000 unidades (28 por día), el beneficio
bruto diario para ese producto es de 3.500 dólares. Esto quiere decir que una
reducción de 29 días en el tiempo de salida al mercado, incrementa el beneficio
bruto en 101.500 dólares. Si se incrementan las ventas en 50.000 unidades por
año, el beneficio bruto adicional se incrementa en 507.500 dólares.
Considerando esa estimación, un equipo medio de fabricación digital directa
necesitaría menos de dos años para amortizarse, tan solo fabricando fijaciones
para inspección.
RAPID
PROTOTYPE + MANUFACTURING LLC (RP+M)
RP+M es un socio estratégico de Thogus, empresa dedicada a la producción de piezas de plástico
mediante inyección. Ubicada en la propia planta de producción de Thogus, el impacto de RP+M queda manifiesto con sólo observar
la cantidad de piezas de todo tipo diseminadas por todas partes.
En
palabras de Patrick Gannon,
responsable de ingeniería en RP+M, “Nuestros procesos de
manufactura aditiva constituyen la vía de menor resistencia.” Como
en el caso de Digi, Patrick otorga
un gran valor a la posibilidad de diseñar, imprimir y poner en servicio una
pieza, haciendo uso de un proceso limpio y respetuoso con el medio ambiente,
que normalmente sólo requiere entre 2 y 24 horas para llevarse a cabo de
principio a fin.
Esa vía de menor resistencia ha
propiciado la proliferación de útiles de fabricación que son cruciales en el
esfuerzo de Thogus por mantener y
aumentar su competitividad.
Gannon menciona como ejemplo
clave los utillajes fabricados para desarrollar en Thogus el proyecto 5-S,
destinado a conseguir la máxima ergonomía y eficacia en cada puesto de trabajo
mediante la disposición más adecuada de un sitio para cosa, y una cosa para
cada sitio.
Gannon remarca el hecho de
que sin la manufactura digital aditiva, la mayoría de sus utillajes organizativos
enmarcados en el proyecto 5-S no
habrían visto la luz: “Si hubiéramos encargado la producción de esos útiles, la
ecuación de valor no habría resultado rentable. En cambio, gracias a la
manufactura aditiva somos capaces de ver una oportunidad de mejora, diseñar un
utillaje y fabricarlo en pocas horas. Así de fácil.”
Dentro del proyecto 5-S, Gannon ofrece dos ejemplos al azar de entre los cientos de piezas
fabricadas: El portainyectores y el portabarras. Ambos de esos útiles están
presentes junto a cada una de las 30 prensas de moldeado por inyección con las
que cuenta la empresa. Los operarios hacen uso de esos utillajes cada vez que
hay un cambio para reconfigurar la prensa, y así ahorran el tiempo que antes
empleaban en buscar el inyector adecuado para cada configuración. Thogus estima
que entre unas operaciones y otras el ahorro de costes laborales que ese par de
utillajes reporta puede estimarse en torno a 4,70 dólares por cambio de tarea y
por prensa. Parece poco, pero considerando 30 prensas, a una media de 150
cambios por año, Thogus obtiene un promedio de ahorro anual estimado en 21.150
dólares, tan sólo por el uso de ese par de utillajes.
En cuanto al coste de fabricarlos, fue de tan
sólo 160,44 dólares. Si bien representaba aproximadamente un 90% de reducción
de costes frente a la alternativa de fabricarlos por el método tradicional, Gannon ni se molestó en calcular ese ahorro
pues resultaba ridículo en comparación con los ahorros que se obtenían mediante
su uso en la planta de producción: “Sabemos de sobra que fabricarlas con FDM cuesta menos
dinero y lleva menos tiempo, pero tambien conocemos el impresionante ahorro que
reporta su uso, y eso es lo único que nos basta para decidir fabricarlas
mediante FDM.”
Thogus tambien utiliza otras
piezas fabricadas mediante FDM tales
como garras de robot, fijaciones de montaje, calibres, y toda clase de
fijaciones de inspección. “Hay tantas en la planta, que hace ya tiempo dejé de
contarlas” afirma Gannon.
Por poner un ejemplo, en el laboratorio de control de calidad encontró una
fijación CMM típica en los procesos de inspección, que, según sus estimaciones,
habrá podido reportar a Thogus un
ahorro de siete horas por cada lote en los procesos de inspección, que
traducidos a dinero suponen un total de 23.625 dólares hasta la fecha.
En suma, Gannon calcula que entre unas y otras aplicaciones Thogus debe estar consiguiendo ahorrar
en torno a 230.000 dólares anuales de promedio. Con resultados como esos, Thogus ha justificado sobradamente la
adquisición de las seis máquinas FDM
con que cuenta.
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