jueves, 21 de abril de 2011

3D PRINTING: EL TACTO SI QUE IMPORTA



La tecnología cambia el mundo cada media hora, si hemos de creer a gurús y «geeks».



Muchas veces es cierto: basta hacer un poco de memoria. Y esta, parece que también. El 3D Printing nos traslada a una forma de trabajar, comprar y distribuir productos radicalmente diferente a la que conocemos hoy.



Desde hace unos años empresas y especialistas en I +D han presentado en diferentes foros las virtudes de unas impresoras capaces de reproducir al milímetro, por supuesto en tres dimensiones, un objeto digitalizado previamente en el ordenador. Ahora, esas impresoras de uso restringido empiezan a transformarse rápidamente y van camino de convertirse en pequeñas «fábricas» capaces de crear una gran variedad de productos finales, listos para la venta al público.
Es fácil imaginar las implicaciones económicas que supondrá la masificación de esta nueva forma de producir: «Últimamente solo leo cosas sobre la impresión 3D. Va a cambiar realmente el mundo», decía hace unos días Carlos Domingo, consejero delegado de Telefónica I+D, a un pequeño grupo de periodistas. Y es que su empresa ya ha convertido esta tecnología en factor clave a la hora de la evaluación visual y tactil de sus prototipos.


Otro ejemplo de la utilización del 3D Printing lo encontramos en la Fórmula 1: «Los técnicos imprimen piezas del coche en la fase de maqueta, cuando se está preparando el coche del año siguiente. Es un proceso muy rápido. Pasa del programa informático a nuestras manos sin esperar a los inevitablemente largos tiempos en la fábrica. También se emplea a veces para pruebas reales en el túnel del viento. En lugar de tinta, la impresora se carga con un material de policarbonato, que se funde», afirma una fuente del circo de la velocidad. Y En Berlín, un grupo de estudiantes de ingeniería demostró recientemente que la impresión en 3D va más allá de las fases de modelado del diseño de su coche: El equipo de trabajo instaló en un vehículo de carreras el sistema de admisión de aire, y otras piezas impresas en 3D, como cajas, cubiertas de componentes electrónicos y puentes. «El coche rodó con estas piezas en varios circuitos de pruebas y en Hockenheim y los componentes soportaron las temperaturas y tensiones a las que fueron sometidos», dice Nils Schaupensteiner, responsable del proyecto.




Más ejemplos: En las oficinas de HP en Sant Cugat también se han acostumbrado al 3D Printing para ver y tocar los prototipos de sus productos. En un mes han llegado a apretar el botón de «print» 1.400 veces, lo que da idea de la expansión de la tecnología y de que no se trata de pruebas esporádicas. Y algo parecido hacen empresas como Roca o Tatay, en España. «Nosotros aportamos soluciones para la oficina, asequibles de precio; una máquina para reproducir los diseños de los ingenieros antes de lanzarlos a la producción, que permite ver errores», afirma Zorione Riezu, responsable de marketing de HP.


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